El edificio que hoy ocupa una de las sedes de la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Granada, con el Instituto Confucio y el Centro Ruso de la UGR, tiene su origen a mediados del siglo XVIII, aunque las primeras noticias documentales que se tienen sobre el inmueble se deben a una reforma de la fachada encargada a Santiago Baglietto por Don Fernando Almansa y Cañabate, VII Marqués de Cadimo, en 1860. En este momento, esta era una casa señorial con alzado en dos plantas y que probablemente estaría coronada por n torreón.
Tras ser la residencia de los Marqueses de Cadimo, esta pasará a alojar a la familia de los Condes de la Jarosa al adquirirla en 1915 Don Rafael Fernández de Bobadilla y González de Aguilar, que encarga la adaptación de la edificación al arquitecto Fernando Wilhelmi Manzano en el mismo año de su compra.
Wilhelmi configuró na casa palaciega de tres plantas que contaba con un patio principal, con patio secundario y jardín trasero, adaptándose al anterior inmueble y a las distorsiones ocasionadas por la geometría de la planta, que no es uniforme. La fachada de acceso principal a través de la Calle Paz queda configurada mediante un porche bajo que se abre al exterior a través de un arco carpanel, y una logia acristalada con cuatro calles de huecos. La planta del edificio sigue así el esquema tradicional del zaguán patio con galerías y una escalera en recodo para conectar con las diferentes alturas, en las que se disponen las habitaciones públicas -derivadas de la actividad profesional de la familia-, las privadas y las de servicio.
El programa decorativo del edificio corrió a cargo del artista Isidoro Marín Garés, que trabajó en colaboración con Wilhelmi en las reformas desde el inicio. Destacan los pavimentos cubiertos por mosaicos de teselas cerámicos que crean una rica y colorista ornamentación. Además, será fundamental la rejería, en la que se inserta un programa heráldico que resulta ser una constante en diferentes espacios del inmueble representando los escudos familiares del Conde y su esposa. Los techos, otro de los elementos a destacar, estarán construidos en escayola, policromados para emular a la madera.