La naturaleza ama esconderse
Katarzyna Pacholik
Inauguración: viernes 28 de marzo de 2025, a las 18:30 h
Lugar: Sala de la Capilla. Hospital Real
Desde el 28 de marzo al 30 de mayo de 2025
Horario: de lunes a viernes, de 11:00 a 14:00 h y de 17:30 a 19:30 h
Organiza: Universidad de Granada, Patrimonio UGR, La Madraza. Centro de Cultura Contemporánea UGR, Facultad de Bellas Artes Alonso Cano de la UGR, FACBA
El Festival de Arte Contemporáneo de la Facultad de Bellas Artes de Granada (FACBA) es un proyecto cultural que, desde su creación en 2009, ha promovido la investigación, producción y difusión del arte contemporáneo. A lo largo de sus dieciséis ediciones, ha establecido una red de colaboración interinstitucional que lo convierte en un evento de referencia en el ámbito cultural y académico a nivel nacional.
La presente edición está gestionada por el equipo curatorial conformado por Manuel Bru, María Dolores Gallego y Miguel Á. Moreno Carretero. Entre las distintas acciones que componen este programa cultural, la exposición “Naturaleza ama esconderse” se enmarca en la Línea 2. Investiga – Expone, destinada a proyectos de investigación y producción artística contemporánea que establecen un diálogo con recursos y fondos patrimoniales, culturales y científicos de la Universidad de Granada. Tal es el caso de esta estrecha y directa colaboración con el Área de Patrimonio UGR, que acoge la exposición en la Sala de la Capilla y que también propicia el trabajo de la artista con piezas de la colección patrimonial de la UGR.
FACBA 25 está impulsado por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada y cuenta con el apoyo en la organización del Vicerrectorado de Extensión Universitaria, Patrimonio y Relaciones Institucionales de la UGR, el Área de Artes Visuales de La Madraza. Centro de Cultura Contemporánea, el Área de Patrimonio de la UGR, el Área de Cultura y Educación de la Diputación de Granada, el Centro José Guerrero, la Concejalía de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Granada, la Agencia Pública Albaicín, la Fundación CajaGRANADA y la Fundación Caja Rural Granada. Además, colaboran el Vicerrectorado de Innovación social, Empleabilidad y Emprendimiento, Radiolab UGR de Medialab UGR – Laboratorio de Investigación en Cultura y Sociedad Digital, el Máster en Producción e Investigación en Arte de la UGR y la Productora Audiovisual Ínsula Sur.
Katarzyna Pacholik. La naturaleza ama esconderse
La historia del imaginario occidental, dice Hans Blumenberg, está organizada a partir de un puñado de metáforas originarias, como el libro de la naturaleza, la luz de la verdad o la salida de la caverna, que se suceden a lo largo de los siglos. Cada una de estas metáforas establece una determinada manera de interpretar y de relacionarse con el mundo. Más aún, los artistas, los filósofos y los científicos siempre desarrollan su obra dentro de un horizonte metafórico concreto que influye e informa todo pensamiento, toda empresa. Una de estas metáforas fundamentales se expresa en el fragmento de Heráclito que da título a esta exposición: «la naturaleza ama esconderse». En El velo de Isis, Pierre Hadot traza en detalle la historia de la traducción y recepción de esta fórmula y, en particular, de la metáfora que está en su centro: la naturaleza se oculta bajo un velo, la naturaleza está atravesada por el secreto. Frente a este gusto por ocultarse de la naturaleza caben, según Pierre Hadot, dos actitudes, una voluntarista y otra contemplativa. La actitud voluntarista o prometeica concibe la naturaleza como una fuerza hostil que se resiste a revelarse. La tarea del hombre consiste en valerse de la astucia y la violencia para arrancarle sus secretos y así poder dominarla y explotarla. Magia, ciencia y técnica se sitúan en esta tradición. Por su parte, la orientación contemplativa u órfica subraya la identidad entre el ser humano y la naturaleza, al tiempo que alerta de los peligros incalculables que entraña el desvelamiento. De ahí que la relación de Orfeo con la physis tenga lugar mediante el ritmo de la lira, y que su fin no sea arrancarle ningún secreto, sino, más bien al contrario, preservar su misterio. De esta actitud se siguen dos conclusiones: en primer lugar, el arte no es más que un caso particular de los procesos creadores que tienen lugar a escala cósmica. En segundo lugar, el ocultamiento de la naturaleza no es un problema a resolver, es más bien un misterio que hay que aprender a contemplar. En su libro, Pierre Hadot no emite un juicio moral sobre ambas actitudes, sino que las considera en cierto modo necesarias, pero su propia trayectoria le conduce inevitablemente a posiciones órficas. En La naturaleza ama esconderse Katarzyna Pacholik pone de manifiesto las tensiones subyacentes bajo estos dos paradigmas mediante el montaje sincopado entre una serie de dibujos a carboncillo y una serie de objetos procedentes de las colecciones de la UGR. Para Katarzyna Pacholik dibujar es dejar que el polvo de carbón sople sobre la fotografía, es introducir el tiempo en la imagen, es darle espesor al silencio. Hélène Cixous: «dibujar es hacer aparecer lo que tiene lugar entre las cosas, aquello que las vincula y vuelve misteriosamente inolvidables». Dibujar consiste tanto en correr velos sobre la imagen como en desvelar elementos latentes, insospechados. Las obras de La naturaleza ama esconderse ponen en escena páginas de enciclopedias ilustradas, manos manipulando cosas y paisajes sublimes. Si algo caracteriza todos estos dibujos, es su paradójica suspensión entre la pérdida y el exceso, entre la desaparición y presencia manifiesta. En el caso de los dibujos de ilustraciones científicas se produce un triple distanciamiento, ya que se trata de dibujos de fotografías de dibujos, y sin embargo, la minuciosa descripción de los pliegues del papel los vuelve casi tangibles. En los paisajes boscosos, por su parte, la niebla hace desaparecer ciertos elementos, y sin embargo, como escribe Georges Didi-Huberman, «su materia visual (la bruma, su palidez, su diafanidad, su humedad) nos envuelve, nos toca, nos atraviesa, nos penetra, puesto que respiramos esa materia que borra». Las manos, finalmente, mantienen la distancia debido a su teatralidad, y sin embargo, la correspondencia entre el gesto y la cosa vuelve a aproximárnoslos. Algunas de estas obras se sitúan en las salas en relación con piezas de aluminio que replican estructuras de laboratorio. Por otro lado, los dibujos conviven en la exposición con objetos de las colecciones científicas como minerales, fósiles o plantas disecadas cuyas estructuras replican, a su vez, elementos característicos de las propias obras. En definitiva, La naturaleza ama esconderse desplaza y complica la oposición entre las actitudes prometeicas y órficas, es decir, entre la búsqueda del secreto y la contemplación del misterio, que caracteriza a lo largo de la historia la metáfora del velo y el desvelamiento de la realidad.
Javier Sánchez Martínez
Comisario