Julio / 2019
La puerta de Arrayán
Miguel Rodríguez Acosta
Autoría: Miguel Rodríguez Acosta
Cronología: 1996
Técnica: Serigrafía sobre papel Arches
Medidas: 55 x 38 cm
Localización: Área de reserva de patrimonio. Espacio V Centenario
Colección: Colección de Arte Contemporáneo
Titularidad: Universidad de Granada
Descripción:
En la pintura de Miguel Rodríguez-Acosta encontramos una clara evolución que parte de una fase figurativa definida por Julián Gállego como “un clasicismo postcubista lleno de armonía” para llegar a la abstracción haciendo uso de composiciones donde priman el color y la luz, y en las que la libertad expresiva del artista alcanza sus mayores cotas. Ambos elementos definen una de las claves de su pintura, que camina entre lo abstracto y esa figuración clasicista con tintes de vanguardia que desarrolla en sus primeras obras. Posteriormente los paisajes se irán desvaneciendo en una suerte de pinceladas que según la crítica se acercan al impresionismo, y nos invitan a realizar una reflexión sobre las vistas urbanas y los interiores de edificios que el artista reduce a manchas cromáticas, con obras que tienden, desde su visita a Nueva York en 1979, a una abstracción marcada por la utilización de formas y colores de gran pureza.
En cuanto a su producción como grabador, esta nos descubre al artista inquieto que investiga nuevas formas de expresión, nuevos soportes y nuevas técnicas a través de las que transmitir su particular visión del mundo. La creación del Taller de Grabado en la Fundación Rodríguez Acosta favorece el crecimiento cuantitativo y cualitativo de su producción, añadiendo numerosas piezas de gran riqueza expresiva, que le valdrán el Premio del Círculo de Bellas Artes de Madrid en el XXII Salón de Grabado y la Estampación en 1978. Las exposiciones que realiza en la década de los ochenta llevan a la crítica a calificar a Miguel Rodríguez como “pintor aguafuertista”, con obras como la que nos ocupa.
La Puerta de Arrayán (1996) es una pieza en la que se materializan las constantes compositivas y expresivas del artista, que utiliza el color como principal medio compositivo dotando a sus obras de una extraordinaria plasticidad. Esta serigrafía reproduce un conjunto de estructuras cuadrangulares que nos trasladan a otros grabados del autor como Eclipse azul (1979), Solsticio (1979), Espejo negro (1982) y Espejo púrpura (1982) cuyo contraste cromático enfatiza la expresividad, así como la simplicidad y autenticidad de las formas y su geometría. Sobre un fondo gris plomizo se recorta una estructura en forma de hache de un volumen rotundo, coloreada en un tono ocre amarillento que únicamente se ve interrumpido por el brillante verde de la figura cuadrada que ocupa el centro bajo de la composición. La obra se ha manchado con trazos turquesa, verdes y marrones que acentúan la expresividad del conjunto y remiten a la plasticidad y libertad creativa características en la producción pictórica del autor y a otros artistas del ámbito nacional como José Guerrero, o internacional como Rothko, cuya influencia es evidente en esta y otras obras.
Biografía del autor:
Nacido en Granada, en 1927, en la personalidad artística de Miguel Rodríguez-Acosta destacan sus facetas como pintor, ilustrador y grabador. El inicio de su formación en las artes se vincula a su tío, el pintor José María Rodríguez-Acosta, y al taller de Joaquín Valverde, que completa desde 1940 con su asistencia a las clases de dibujo y pintura de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Granada y con su acceso en 1950 a la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando (Madrid), donde obtiene el título del profesor, alternando su faceta artística con la docencia y la presidencia, desde 1953, de la Fundación Rodríguez-Acosta.
Durante la segunda mitad de la década de 1970 completa su formación como grabador en la francesa Fundación Maeght (Saint-Paul-de-Vence), período que coincide con la obtención del Premio del Círculo de Bellas Artes del XXII Salón del Grabado y de la Estampación de 1978. En su faceta como ilustrador destaca la carpeta de grabados que ilustraron los Sonetos del amor oscuro de Federico García Lorca, así como las colaboraciones realizadas con la revista malagueña Litoral entre 1988 y 1989, interviniendo en los números dedicados a la poesía árabe.
Ha participado en numerosas exposiciones, tanto individuales como colectivas, que le han valido la concesión de dos segundas medallas en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1954 y 1957, y una primera medalla en 1960. Es en este momento cuando realiza su primera individual, que tendrá lugar en 1957 en su ciudad natal, más concretamente en la Casa de los Tiros de Granada, donde también tuviera lugar su primera colectiva en 1941. Entre las retrospectivas realizadas en las últimas décadas sobre su obra destacan Pasos en el jardín (Centro Cultural Conde-Duque , Madrid, 2002) y Arrayán y silencio (Universidad de Granada, 2011).
En 1986 recibe el nombramiento de académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, al que le seguirá en 1991 el de miembro titular de la Academia Europea de las Ciencias, las Artes y las Letras. Posteriormente alcanzará otras distinciones como la Gran Cruz de Isabel la Católica (2001), el nombramiento de Hijo Predilecto de la Provincia por la Diputación de Granada en 2011, y en 2013 recibe la Medalla de Andalucía, en reconocimiento por su extensa actividad artística y de mecenazgo.
Enlaces a recursos digitales:
Museo virtual, Diputación de Granada [externo]
Bibliografía consultada:
AA.VV. (2011) Miguel Rodríguez-Acosta. Arrayán y silencio. Editorial Universidad de Granada.
CALVO SERRALLER, F. (2002). Miguel Rodríguez-Acosta, jardinero de abstracciones. Galería antiquaria, 203, pp. 60-63.