Agosto / 2024

Quirófano

Cronología: c. 1950

Medidas: 155 x 91 x 48 cm

Localización: Museo de la Salud. MUSAL

Titularidad: MUSAL

El término quirófano fue acuñado por el doctor español Andrés del Busto y López en 1892 a partir de la unión de los términos griegos cheirós y phaino, que hacen referencia a la cirugía y a la transparencia respectivamente. Del Busto concibió una sala de operaciones con una zona acristalada desde donde los estudiantes pudieran observar y aprender, sin poner en compromiso las intervenciones. La transparencia del quirófano tenía más que un sentido pedagógico o práctico, sin embargo, ya que de cierto modo también sacaba a la luz a la disciplina quirúrgica en su conjunto, reivindicando su lugar en la vanguardia del saber médico. Suponía, en definitiva, la culminación de un proyecto científico esforzado y tortuoso de miles de años de recorrido que tuvo como objetivo unir las disciplinas médica y quirúrgica y reparar la cuestionada reputación de esta última.

La cirugía, durante gran parte de la historia de la humanidad, se ha considerado una práctica supeditada e inferior a la medicina. Es fácil comprender el motivo cuando se entienden los enormes desafíos que era imprescindible superar antes de lograr que la práctica quirúrgica disfrutara de garantías de curación y recuperación del paciente. Una de estas condiciones fue la necesidad de llevar a cabo una aproximación científica y sistemática al campo de la anatomía. Esta anatomía científica tiene su punto de partida en 1543 con Andrés Vesalio (1514-1564) y su obra De Humanis Corporis Fabrica (De la estructura del cuerpo humano), absolutamente clave en la Revolución Científica del siglo XVI. Sin embargo, para conseguir instrumentalizar el conocimiento anatómico hizo falta a su vez complementarlo con estudios fisiológicos, biomecánicos e histológicos que permitieran establecer una relación entre la forma de la estructuras del cuerpo y su función. Para salvar esta brecha intelectual hicieron falta evidencias posteriores recogidas por grandes científicos como William Harvey (1578-1657), que describió la circulación de la sangre.

Otros dos obstáculos fundamentales se interponían en el camino de la cirugía para que ésta se erigiese en la eficientísima práctica que es hoy: la cuestión del dolor y el riesgo de infecciones. Para evitar el dolor fue clave el trabajo del odontólogo americano Thomas G. Morton (1819-1868), que en 1846 demostró la eficacia del dietiléter como anestésico general. En nuestra recreación de un quirófano de los años cincuenta podemos ver algunos instrumentos de la administración de la anestesia, cuyo control de dosis resulta fundamental para evitar complicaciones y asegurar su correcto funcionamiento. Finalmente, en cuanto a la prevención de infecciones, sólo en el siglo XIX se populariza la teoría gérmica gracias a los avances de Louis Pasteur y descubrimientos como el bacilo de la tuberculosis por Robert Koch. Además de desarrollar un amplio arsenal farmacéutico para la lucha contra la infección, con grandes hitos como la penicilina descubierta por Alexander Fleming en 1928, se han venido desde entonces incorporando protocolos y uso de material que garantizan aceptables niveles de asepsia y antisepsia. Estos dos conceptos se han materializado en nuestro quirófano en herramientas como el autoclave, que permite esterilizar el material quirúrgico, y el lavabo en el que el personal sanitario se condiciona adecuadamente previo a la intervención.

En definitiva, la cirugía actual es el resultado de un larguísimo proceso de desarrollo, sistematización e integración de distintos campos de conocimiento científico, destinados a evitar el sufrimiento y promover la salud del ser humano. El quirófano es la encarnación material de este camino recorrido no sin poco sacrificio de científicos, médicos y pacientes, hombres y mujeres, desde la prehistoria hasta la actualidad.

 

Bibliografía:

Laín Entralgo, P. (2000). Historia universal de la Medicina. Masson

Thorwald, J. (2021). El siglo de los cirujanos (1a ed. en Editorial Ariel, septima impresión, junio de 2021). Ariel

Vista frontal del quirófano

 

Patrimonio - Universidad de Granada
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