DESPLOME PARCIAL DE LA FACHADA NOROESTE DE LA SALA DE CONVALECIENTES DEL HOSPITAL REAL DE GRANADA

A raíz del enjambre sísmico acaecido en Granada a inicios del año 2021 aparecieron unas fisuraciones en el interior de la Sala de Convalecientes del Hospital Real, amplia estancia en forma de L provista de arcadas integradas en sus muros de fachada que se sitúa en la última planta de este edificio del siglo XVI, dibujando su esquina noroeste, elemento por tanto sujeto a una mayor deformación en caso de sismo. Las catas iniciales elevaron una primera hipótesis en la que se justificaba el deterioro aparecido, por movimiento pendular de las columnas insertas en las arcadas de la sala. Un estudio en paralelo mediante escaneado de nube de puntos puso de relieve la situación de desequilibrio que experimentaba la fachada noroeste de esta sala, con un desplome superior a 20 cm que comprometía gravemente su estabilidad.

Ante esta situación, la Universidad de Granada acometió entre 2022 y 2023 una intervención de emergencia dirigida por el arquitecto Diego Garzón Osuna que tuvo como objetivo el desmonte de la fachada de la sala, la consolidación de los elementos pétreos y su recolocación aplomada, recuperando la verticalidad. Para hacer esta tarea posible se instaló un andamiaje exterior e interior de estabilización, provisto de lastres, capaz de absorber empujes de presión o succión. Una vez controlado el desplome, se desarmó la armadura de madera de la cubierta, para posteriormente inventariar y desmontar cada una de las piezas de sillería de la fachada y arcadas insertas. Estudios de gammagrafías, resistencia de materiales y de ultrasonidos pusieron de relieve un deterioro muy notable de la piedra en su cara interior, ofreciendo una incapacidad mecánica de las columnas que afectaba al 50% de su proyección horizontal. La existencia de óxido de hierro en la superficie rosácea de la piedra fue un indicio que la analítica confirmó como el efecto producido por un incendio. Observando la historia material del edificio se conoce que en 1549 un incendio provocó notables daños en el Hospital Real, provocando la ruina de sus cubiertas y forjados, así como debilitando la piedra arenisca de sus muros. En consecuencia, la Sala de Convalecientes, espacio ventilado donde los enfermos culminaban su sanación, arrastraba desde el siglo XVI esta patología estructural con el desplome progresivo de su fachada hasta nuestros días. Circunstancia ocultada por las gruesas capas de revestimiento interior aplicadas con morteros de cemento en posguerra.