La farmacia Zambrano ha formado parte de la vida de la ciudad de Granada desde su apertura en el siglo XIX. Ante su inminente cierre, la Universidad adquirió el espacio que componía la misma en el que se incluía entre otros, el mobiliario, botamen o el lienzo mural de gran formato (7,6 m. x 3,3 m. aprox.), que ocupaba el techo del establecimiento. La obra, que fue ejecutada expresamente para este espacio, fue realizada por Francisco Morón y Luján (Granada 1846- Huercal-Overa, Almería 1899) representa una alegoría de la farmacia como se deduce tanto de las figuras aladas como de los elementos que portan.
INTERVENCIÓN DE RESTAURACIÓN
El desmontaje de la obra de su ubicación original se efectuó durante los meses de enero y febrero de 2018. Con ayuda de un sistema de andamiaje móvil se procedió a la protección de la superficie pictórica para realizar al arranque de la tela de su ubicación. Para ello se fueron extrayendo los clavos perimetrales que la sostenían, pasando al despegado del techo. Paralelamente la tela fue colocándose en un soporte cilíndrico realizado a medida, de modo que facilitase tanto su traslado como su conservación hasta su intervención definitiva. Este proceso fue realizado con la colaboración de los alumnos del grado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universidad de Granada.
Con motivo de la exposición “Ciencia, ciudad y cambio” que actualmente puede visitarse en el crucero del Hospital Real, se comenzaron los trabajos de restauración en octubre de 2018. El objetivo de esta intervención fue la recuperación, junto con el mobiliario y el botamen, de la imagen original para su preservación y difusión.
Las actuaciones de restauración comenzaron con una limpieza mecánica de toda la superficie del reverso tras la que se reforzó el soporte de tela con la colocación de parches, injertos y bordes perimetrales. Una vez terminada esta fase, se inició la intervención de la capa pictórica. Ésta presentaba una gran acumulación de suciedad (polvo, contaminación, humo o gases entre otros) consecuencia de su ubicación en el techo y del transcurso del tiempo, porlo que se determinó que era necesaria su limpieza. El primer paso fue la eliminación de la capa de protección
colocada para su arranque tras la que se realizó una limpieza generalizada de toda la superficie. Posteriormente, en zonas muy puntuales donde se habían detectado pérdidas de la capa pictórica se procedió a su reintegración y colocación final en su soporte expositivo.
Esta intervención ha sido realizada por un equipo de trabajo coordinado por el profesor Jorge Alberto Durán Suárez y ha sido dirigido por las restauradoras Ana Isabel Calero Castillo y Ana Carrasco Huertas. Asimismo se ha contado con la colaboración especial de las restauradoras Marta Durbán García, Reyes Jiménez Trigueros y Teresa López Martínez.